En una tarde cargada de creatividad y aprendizaje, el ex alumno Wilson Leytes lideró una tarea práctica de mosaico en el patio de la centenaria Escuela Nº 111, junto a un grupo de alumnos. Bajo su guía, se instalaron tres ilustraciones de aves autóctonas, que fueron integradas al pavimento escolar, despertando admiración entre estudiantes y docentes.
Una actividad con historia, arte y educación
El arte del mosaico, se basa en ensamblar pequeñas piezas llamadas teselas —almidón de piedra, cerámica o vidrio— para formar dibujos decorativos o figurativos en superficies de muros o pisos.
Esta técnica se remonta incluso a civilizaciones antiguas como la mesopotámica, griega y romana; en esta última, los mosaicos pavimentales fueron considerados objetos de alta distinción, usando capas bien planificadas de mortero y teselas para garantizar durabilidad y estética.
En contextos educativos, trabajar con mosaicos no solo desarrolla la creatividad, sino también fortalece habilidades psicomotrices, especialmente la motricidad fina, y fomenta el pensamiento visual, la planificación y la colaboración.