En la mañana de El Megáfono, dialogamos con el Secretario de la Liga Regional del Este, Luis Frachia, que detalló y analizó la sanción que se le aplicó a Villa Manuela y Huracán Sire, luego de los disturbios registrados tras el partido disputado en el Estadio de San Jacinto. El hecho ocurrió a pesar de que el encuentro se había trasladado a esa cancha justamente para ofrecer mayores garantías.
Una sanción firme: ambos clubes afuera del torneo 2025
La liga resolvió que las dos instituciones quedarán fuera del campeonato de primera división por el resto de la temporada 2025, una decisión que se complementa con multas económicas de 25 unidades reajustables para cada club.
Frachia explicó que el fallo se emitió dentro de los plazos reglamentarios: “Se dieron las vistas correspondientes, incluso Villa Manuela pidió ampliación, y todo se resolvió dentro de lo estipulado”. Aclaró además que no hay desafiliación, sino suspensión competitiva.
El dirigente remarcó que, como neutral, no puede pronunciarse sobre el contenido del fallo, pero sí confirmar que se actuó en tiempo y forma.
Incidentes inesperados en un escenario elegido para evitar riesgos
Los disturbios ocurrieron fuera del rectángulo de juego, una vez terminado el encuentro, entre simpatizantes de ambos clubes. Resultaron particularmente llamativos porque el partido se había mudado a San Jacinto tras una reunión entre la Liga, los alcaldes de Pando y Barros Blancos, y el director de Deportes, Luis de Melo, con la intención de brindar un entorno más seguro.
“Es increíble que en un lugar seleccionado para que no pasara nada terminemos viviendo estos incidentes”, señaló Frachia.
El dolor de ver trabajar a los clubes y que paguen otros
Frachia hizo hincapié en el esfuerzo que realizan las directivas de Villa Manuela y Huracán Sire, integradas por personas que dedican tiempo, dinero y energía a sostener sus instituciones.
“Es gente laburante, que hace muchísimo por el club. Y lamentablemente deben pagar consecuencias por acciones de personas que no siempre están cerca del día a día de la institución”, lamentó.
Según expresó, controlar a quienes llegan solo como hinchada es cada vez más difícil: “No es sencillo, y a veces la sociedad entera empuja a estas situaciones”.
Una problemática que se repite en todo el país
El dirigente amplió la mirada y aseguró que la violencia no es un problema exclusivo de la Liga Regional del Este. “El otro día fui a Maldonado a ver finales de Señor. Hablando con la gente de allá, los problemas son los mismos: agresiones a árbitros, discusiones, peleas. Ya no se puede ir tranquilo con la familia”, reflexionó.
Frachia sostuvo que el clima general se ha vuelto más tenso y que esto afecta tanto a jugadores como a dirigentes y público.
Las sanciones recaen en los clubes, no en los responsables directos
El dirigente subrayó un punto que preocupa a todas las instituciones: quienes generan los disturbios no suelen hacerse cargo.
“Los que causaron el problema no van a poner un peso. La carga económica y moral la llevan los dirigentes, que están ahí de forma honoraria”, afirmó.
El fútbol como espacio social y de contención
Frachia remarcó que detrás de cada club hay un enorme trabajo social: categorías formativas, apoyo a gurises del barrio, meriendas, desayunos y acompañamiento cotidiano. “Todo ese esfuerzo se ve empañado por minutos de violencia que no representan a la institución”, dijo.
Explicó que muchas veces se plantean alternativas extremas —como impedir el ingreso de hinchada local o visitar canchas vacías—, pero advirtió que esas medidas complican aún más la sostenibilidad de los clubes.
Organización de las instancias finales y apoyo institucional
Con las semifinales y finales aún por disputarse, la Liga mantuvo nuevas conversaciones con la Dirección de Deportes. Frachia contó que junto a Luis de Melo se coordinó que los partidos restantes se jueguen en el Estadio Monegal y en el Estadio Pando, mientras se evalúan los daños en el campo de San Jacinto.
Además, se gestionó apoyo del Ministerio del Interior para reforzar la seguridad en partidos de riesgo. “Es lamentable tener que llegar a esto, pero hoy es necesario. A veces hay más policías cuidando un partido que cumpliendo otras tareas importantes”, expresó.
No aflojar…
“El fútbol es contención, es un lugar donde mucha gente encuentra pertenencia. No podemos dejar que unos pocos arruinen ese trabajo”, dijo.
Reconoció que incluso su propia vida como hincha se ha visto afectada, ya que a veces ni siquiera puede ir a ver a su querido Ferro —hoy en la Liga de Soca— para evitar confusiones o malas interpretaciones.




